Pese a carecer de experiencia en la realización de eventos deportivos internacionales y superando la candidatura de Argentina (a la que nuevamente se le «negaba» la organización), finalmente la Copa Mundial de 1962 se celebraría en Chile debido a la iniciativa de un nuevo artículo en los estatutos para fomentar el fútbol en los países menos desarrollados. En la nueva temporada, sus jugadores entrarán en el campo con su habitual combinación de negro y azul oscuro en franjas verticales.